Donde diga amor, pondré tu nombre,
recorreremos su voz, que es tan nuestra,
sin más condiciones que reconocernos.
Lloviznando palabras; empapándonos
de versos, estilo Generación del 27.
Y después fatigados, pero felices,
contaremos las estrofas de asombro,
que todavía no hemos gastado.